Con el tiempo aprenderás que solo puedes ser feliz si aprendes a disfrutar de los pequeños detalles: Una caricia, un beso, una mirada, una sonrisa...y a preocuparte por los grandes, aquellos que de verdad merecen la pena y que no queda más remedio que soportar.
La vida es una escalera, y en la cima está la felicidad. Cada uno de los peldaños de nuestra vida se compone de esos pequeños detalles, que construyen un camino sólido sobre el que andar para poder alcanzar, al final, esa meta que todos buscamos. Sin embargo, quien no sabe apreciar esos pequeños detalles, en busca de los grandes, no conseguirá formar cada peldaño de su escalera y en vez de facilidades, verá dificultades y el camino se convertirá en una empinada cuesta difícil de subir.
Deja entrar en tu vida todo aquello que te proporcione un escalón más. Echa de ella todo lo que te lo impida, y conseguirás ser feliz.
Pero recuerda, toda cuesta es más fácil de subir si tienes quien te de la mano o te tire una cuerda cuando estás cansado, la vida, siempre, es mejor en compañía.
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