Báilame el agua,
sácame de quicio, hazme sufrir...
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida,
líbrame de mi estigma...
Llámame tonta,
olvídate de todo lo que haya podido decirte hasta ahora.
Vete lejos, pero no sueltes mi mano.
Invítame a un café, caliente claro, y sin azucar, sin aliento.