Solo puedo sentir miedo, indignación, rabia, vergüenza y, sobre todo, impotencia al verlas.
Cada uno se califica y descalifica por sí mismo es algo que mi madre me dice constantemente. Por mucho que nos quieran echar las culpas de la crisis, nos llamen vagos porque haya 6 millones de personas en el paro o justifiquen la fuerza usada por el Estado diciendo que somos grupos violentos por manifestarnos, una imagen vale más que mil palabras. Espero que algún día se haga justicia y tanto los sinvergüenzas que hacen eso con sus manos como los que están detrás riéndose paguen con creces lo que han hecho.
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