Fragmento del discurso de Adolfo Suárez en las Cortes
9 de junio de 1976
"Cuando tantos intérpretes surgen para la voz del pueblo, es lógico y es urgente que nos apresuremos a escuchar la voz real del pueblo, que la tiene y que quizá sea muy diferente de cómo pensamos todos. Vamos a escucharla, proporcionándole el altavoz de la asociación política como primer paso, y vamos a hacer que las grandes mayorías silenciosas tomen la iniciativa. Vamos a hacerlo, señores Procuradores, con un amplio consentimiento de sus expresiones y el reconocimiento de sus libertades cívicas. Si no lo hacemos así, entre el pueblo y los gobernantes se instalarán los grupos de presión. En cambio, con una sociedad que se pueda organizar lícitamente con medios propios para la denuncia o el aplauso, con recursos para impulsar alternativas válidas, no sólo habremos eliminado el riesgo de la falsificación sino que habremos comenzado a tocar con la mano el ideal de los países con los que coincidimos en historia, geografía, economía y cultura. Que la decisión corresponda a la voluntad popular. Dadas las complejidades de la vida moderna, eso no se conseguirá si no se hace posible, en la legalidad, la existencia de grandes bloques de opinión de los que surjan mayorías reversibles, respeto a las minorías y el triunfo de la minoría más pequeña, que es el hombre. (...)
Y permitidme, para terminar, que recuerde los versos de un gran autor español:
“Está el hoy abierto al mañana.
Mañana al infinito.
Hombres de España. Ni el pasado ha muerto,
ni está el mañana ni el ayer escrito.”
He dicho."
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